Estoy realmente molesta conmigo misma, estoy molesta de creer que no hay nada más allí afuera además de tí.
Estoy cansada de que seas el primer pensamiento que viene a mi mente al despertar, y la ultima cosa a la que recurro en las noches para lograr dormitar. Ya esta bueno de tanta locura, porque eso es, es locura de ti, locura por ti y para ti.
Si supieras que fuera más fácil si solo me gustaras, o si solo estuviera cómoda contigo, o si cuando me vieras mi corazón no latiera tan fuerte como late, hace tenga que moverme un poco lejos a calmarlo o a esconder sus latidos inútilmente para que no sean escuchados por ti.

Cada mirada se va guardando en mi mente como si un pergamino lleno de valor estuviera escribiéndose para mí. Se apodera de mis recuerdos, de mis sentimientos. Cada palabra es recordada con exactitud, como si se grabara en fuego sobre una roca, taladrando cada parte de ella y fundiéndola para que fuera imposible salir.

Cada una de ellas se mantiene intacta en mi mente, en mis pensamientos, esa mirada compasiva que me das cuando me equivoco, esa mirada de tristeza al confesarme tus miedos; cuando bajas el rostro y lo levantas solo para ver mi respuesta, esa mirada de esperanza cuando me cuentas algo en lo que crees y que estás seguro en que te apoyaré. Como olvidar esa mirada de picardía, de amor, de dulzura que acompañas con esa sonrisa de medio lado que tanto me involucra, que me hace olvidarme de que estoy sobre un suelo inmóvil y que no puedo volar, que estoy loca, diciendo cosas fuera de lugar.

Y como están esas... hay tantas cosas que me da miedo recordar.
¿Ves lo que haces? Me haces olvidar, lo que en esta entrada iba a plantear.