viernes, 27 de enero de 2012


No estamos rompiendo en serio... ¿Verdad?- fue lo que mi debil voz expresó después de darle un empujón que apenas hizo moverlo.
Su sonrisa se dibujo de pronto y mi corazón volvió a latir.
suspiré, para poder reir.


-Eres un imbecil, ¿lo sabías?- dije sonriendole, embriagada por su mirada.

-Espero que este imbecil te haga feliz.

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