sábado, 12 de febrero de 2011

"La manzana verde, La manzana roja"


"Recuerdo muy bien, como hace mucho tiempo; cuando era chica. llegué llorando a casa porque unas chicas mucho más grandes que yo se reían de mí y decían que era una niña muy fea.
Mi mamá me abrazó con fuerza y me dijo dulcemente.

-Ven conmigo. Tengo algo que mostrarte.-

Me llevó de la mano hacia la cocina y con su usual delicadeza abrió la nevera e inspeccionó por unos segundos antes de sacar de su interior un recipiente de plástico con tapa roja.

-Aquí tienes.- Dijo mamá abriéndolo para mí.

Una hermosa manzana roja brillaba en las blancas manos de porcelana de mi madre, y otra verde, un poco joven y golpeada al caer se mantenía dentro del recipiente. Yo aún con el rostro empapado de lágrimas e inocentemente negué con la cabeza.

-No tengo hambre.- dije de pié frente a ella quien sonreía como si algo increíble estuviera por pasar.

-Hija, ¿ves esta manzana?- Dijo poniéndose en cuclillas para mí.

-Si...- dije mirándola con atención.

-Esta manzana es para esas chicas, se la darás a una de ellas y le dirás "Esta manzana es como tú". ¿Esta bien? La otra es para ti.

Yo aún confusa asentí. y al día siguiente fui al colegio e hice lo que mi madre me dijo que hiciera.

-¡Clara!- Llamé a la rubia y le entregué la manzana. ella parecía sorprendida.
la hermosa manzana brillaba ante la luz del sol y se veía tan apetitosa y perfumada.

-Es para ti -dije- esta manzana es como tú.

La chica sonrió y le dio un mordisco a la manzana.
yo hice lo mismo con la mía. Para mi sorpresa y la de ella la manzana roja estaba completamente podrida en su interior. el olor putrefacto que salía de ella era impresionante. Clara comenzó a llorar y ahí comprendí todo lo que me había querido decir mamá.

Mi manzana era verde, un poco joven en realidad. pero estaba tan dulce, tan apetitosa. mientras que la manzana roja a pesar de su hermosura exterior en el interior estaba hueca, podrida y llena de gusanos. Así eran ellas, no tardaría el momento en que mostraran su verdadero interior y llegaría el momento en que yo maduraría y me convertiría en lo que soy ahora."

Por eso chicas, sean como las manzanas verdes, preocupense por su interior y dejen que se refleje en el exterior, no sean como las manzanas rojas, no terminen pudriéndose como ególatras superficiales.

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